miércoles

Sucesos I

Será probablemente la tentación de morderte un poquito,
              ahí,
                            entre la boca y tus sueños.
Será que ayer volviste tarde
              y con la frente llena de lunas.
Será que la madrugada
se te anudó como un relámpago
              y huyó a mis pies, asustada,
                           para que yo la recompusiera.


domingo

A mi amigo


Vaya este recuerdo a mi fiel amigo,
mi amigo, el no presente;
nunca pensé que te lloraría tanto la ausencia.
Ni imaginarlo
que doliera tanto bracear en el vacío,
de rabia,
por querer estar contigo aquí mismo,
decirte “hola amigo, qué día bonito el de hoy”.
Y que me respondieras simplemente
con esa mirada atenta
que te hacía ser tú mismo
y no cien mil otros.

Recordar tu lealtad me conmociona
y no puedo contener el llanto;
duele aún la vida que dejaste atrás sobre mis manos
en un domingo, como hoy, que nunca cesa.

Vaya este recuerdo a mi fiel amigo,
con todo el amor que pude aún haberte dado.
No hay amigo más fiel que el perro, dicen,
quien alegre te acompaña hasta el desierto mismo.
Y yo sólo puedo afirmarlo.


lunes

Díptico al miedo



Parte I
El niño corría. ¿Cuándo es que emerge la necesidad vital de supervivencia y escapamos de todo peligro? El niño corría con el rostro amilanado, desprovisto de toda emoción. Dejaba atrás el pavor, a cada zancada se sumergía más en un horror que le ahogaría la totalidad de su vida adulta. De negro a negro, de oscuridad a oscuridad. Eran las siete de la tarde y nuestro chico corría en mitad de una senda, no importaba dónde se hallaba. Tampoco él se lo preguntó. Una habitación nauseabunda, un vendaval de abusos, de dolor intenso, de aversión por dejar atrás. No supo adónde ir ¿Y quien sabría? La certeza se mostró impune; cualquier lugar sería mejor que aquel. Aquel lugar estaría siempre en todas partes.
Parte II
Quise ser un pájaro, de niño, un hermoso pájaro azul que surcase el cielo los días de lluvia. Esos días me gustan, son bonitos, son melancólicamente bonitos. Y ese pájaro que yo sería viajaría por todo el mundo, recorriendo los lugares más mágicos y vibrantes. Sería un pájaro envidiado y amado, soñado, la gente hablaría de mí, pues yo sería el pájaro. Me añorarían durante mis viajes y me esperarían con ansias de saber nuevas aventuras. Querrían conocerme y me admirarían por mi valor, querrían acariciar mi bello plumaje resplandeciente. Y en mis travesías jamás cruzaría ese paisaje de muerte, el que me acecha. Esa casa en mitad de una nada, jamás planearía sobre su tejado.
La olvidaría, simplemente la olvidaría.