jueves

ayer conociste un ángel



Definitivamente, cayó el ángel a sus pies. Se encontraba así, apocado sobre el asfalto pétreo y abatido de la ciudad dormida, con la conciencia en algún rincón sideral y ausente, con las alas truncadas y rotas, hechas jirones, salpicadas de estrellas que no brillan. El ángel musitaba algo entre sueños ¿Cuándo fue que comenzaron a soñar los ángeles? Cuando lo hacen, son arrojados a la tierra de los horrores y avocados a una vida fútil de sensaciones poco profundas, si es que logran despertar. Los sueños son poderosos, arrastran grandes montículos de arena en los desiertos, también las nubes, y le llaman viento, le llaman fuego, le llaman guerra algunas veces. Pero los sueños siempre llegan para cambiar algo que no ocupa el lugar al que pertenece. El ángel no está hecho a la medida de los hombres, se pierde en mitad de tantas coordenadas. Su mundo es más inestable, más etéreo, no hay acotaciones y ahora el ángel cae desplomado a los pies de un hombre y éste no logra ver sus alas, tan sólo el rostro de un igual contra el asfalto frío de inviernos y helado por las últimas horas de la tarde.

1 comentario:

  1. Tal vez seamos ángeles desterrados, seres dubitativos que no saben dónde están las líneas que dividen el cielo y la tierra y con truncados sinos por querer ser más humanos que ángeles. Tal vez seamos lo que no somos y lo que siempre hemos querido ser.

    Un beso.

    ResponderEliminar