martes

no se preocupe, señor Palmer

-No se preocupe, ahora se encuentra a salvo. Celador, escriba la fecha de la incidencia en el archivo del sujeto, anote también las intervenciones que se le van a realizar. Como le digo, ya no tiene por qué preocuparse, señor Palmer. Hubo un fallo en el sistema, perdimos el pleno control de las conexiones con su encéfalo y sus actos comenzaron a ser histriónicos, desiguales, creímos que le perderíamos, lo lamento, le aseguro que no volverá a ocurrir. Celador, acérqueme ese manual. Mire, señor Palmer, aquí viene detallado el sistema de relaciones neuronales que tiene instalado en su cerebro; usted nos pidió eliminar toda la masa que permite al dolor subyacer en su hipocampo ¿Lo recuerda? Por supuesto que no lo recuerda, pero usted nos lo pidió. Normalmente los internos que se someten a nuestro experimento solicitan lo mismo, hacer desaparecer el dolor, aunque usted no se refería al dolor físico. No deja de ser curioso ese miedo a la vulneración humana. Pero nosotros no trabajamos con almas, trabajamos con cuerpos, no somos tan pretenciosos. Hubo algo que le desestabilizó. Ahora pensamos que sería mejor que no volviese a ver a su familia. No, no se preocupe, estarán bien y usted no volverá a preocuparse por ellos. No lo hará porque no les recordará. Ese era el pacto ¿No lo recuerda? Oh, por supuesto que no lo recuerda, pero fue decisión suya. Celador, prepare la dosis. Escuche señor Palmer, ahora sentirá un leve cosquilleo que le obligará a desvanecerse en un profundo sueño. No tema, cuando despierte ya no recordará nada y podrá seguir trabajando en nuestro campo. Todo quedará guardado en su inconsciente y nunca más sentirá el dolor, sin embargo, para asegurarnos que este incidente no vuelve a suceder, le provocaremos una amnesia irreversible de modo que usted y nosotros seremos más felices, creemos que es lo mejor para todos. Celador, aumente la dosis y ejecute, el sujeto se encuentra preparado para la inmersión y presenta inicio de neurastenia. No llore señor Palmer, no se acongoje, no nos obligue a aislarle de nuevo. Usted ya estuvo allí, ya sabe lo que es. Sabe que no se trata de un lugar… Bonito. Estará bien, se lo prometo. ¿Nota el cosquilleo? Como le digo, todo esto será muy rápido, no tiene que temer nada. Sólo nos ocupamos de cumplir con lo que usted nos pidió, usted firmó el consentimiento. Cierre los ojos, en unas horas nada habrá ocurrido…

3 comentarios:

  1. Que apocaliptico este post. ¡Sigue asi! :)

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  2. por dios... :) :)

    Me ha puesto hasta nervioso. No me extraña que el señor Palmer haya querido olvidar.

    Pero en mi humilde opinión no tiene nada que ver con el dolor, lo que Palmer quería olvidar era ese histrionico narrador.

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  3. Increíble. Es una escena pavorosa. A todos nos gustaría olvidar pero no existe mayor temor que el de olvidarlo todo. ;-)

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